Quién soy

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Me llamo Alberto, soy Fisioterapeuta y tengo buena salud, aunque puede que 3 o 4 kilos de mas ( YA NO, desde que como sano, estoy en mi peso correcto). Hasta ahora no comía especialmente mal (soy un cocinillas estupendo), hacía algo de ejercicio de forma no demasiado constante y en general llevaba una vida relativamente sana. Sin embargo, a raiz de un caso de cáncer en la familia, hemos empezado a estudiar el tema de la alimentación y la falta de ejercicio como factores implicados en el cáncer y otras enfermedades. En este Blog, intentaré ir contando lo que vayamos aprendiendo, tanto de los libros y de mi práctica profesional, como de la experimentación en la cocina con todo tipo de productos sanos y ecológicos, nada de esos venenos que nos comíamos tan alegremente, jeje.

El Kefir

El kéfir (bendición en turco) es un producto lácteo fermentado, tiene su origen en la región del Cáucaso en la que la conservación de los alimentos era más que necesaria. La longevidad de los pueblos que tradicionalmente lo han consumido, que viven hasta edad avanzada con buena salud, lo hizo popular en Europa desde principios de siglo XX.

Existen tres tipos de kéfir: de leche, de agua y de té o kombucha.

Los beneficios asociados al kéfir son los que se detallan a continuación:
- se fortalecen las defensas frente a posibles infecciones tanto bacterianas como víricas.
- posee un poder antibacteriano mayor que el resto de productos lácteos que se encuentran en el mercado.
- reduce los niveles de colesterol.
- ayuda a mejorar la asimilación de los alimentos.
- regula el tránsito intestinal y actúa como depurativo del organismo, ya que nos ayuda en la eliminación de los residuos que el cuerpo genera.
- si tomamos un kéfir suave es ligeramente laxante, en cambio un kéfir fuerte es astringente.
- se reduce el riesgo de padecer cáncer de colon.

Ingredientes para la elaboración de leche kefirada

Para la primera vez que hagamos el kéfir necesitamos una cucharada sopera de nódulos y un cuarto de litro de leche. Poco a poco los nódulos irán creciendo y podremos añadirle más leche. También dependerán las proporciones de si preferimos que sea más claro o más espeso.

Elaboración del kéfir

  • Ponemos la leche, a temperatura ambiente, en el recipiente. Añadimos los nódulos de kéfir, lo tapamos y dejamos reposar, el kéfir tendrá un efecto astringente si lo colamos pasadas 36 horas y suavemente laxante si lo colamos pasadas 24 horas.
  • Colamos los nódulos de kéfir con lo que obtenemos la leche kefirada limpia.
  • Una vez colado, volvemos a introducir los nodulos en leche nueva.

Conservación del kéfir

Es conveniente lavar el nódulo y el recipiente con agua una vez por semana.
Debemos preservarlo de excesos de frío o de calor.
Para hacer el proceso de fermentación más lento, si estamos unos días sin tomarlo, podemos ponerlo en la nevera. Si vamos a estar más de una semana sin tomarlo, podemos conservar los nódulos en agua y en la nevera. Para reactivarlos podemos dejarlos 2 o 3 días con la misma leche.

Hay que tener en cuenta que

Los utensilios que utilicemos para preparar el kéfir (un recipiente y un colador), mejor que no sean de aluminio, porque este material no es estable en medio ácido, como es el kéfir, y podría transferirle partículas nocivas.
Para la elaboración del kéfir, no debemos usar leche que esté a más de 35º, ya que podemos alterar las bacterias y levaduras de este. La temperatura ideal es la ambiental. Con más calor se acelera el proceso y con más frío se retarda.
El kéfir, aporta los beneficios de la leche sin dificultar el proceso digestivo. Regenera la flora intestinal y tiene efecto antibiótico y antivírico. En uso externo es un poderoso antiséptico que ayuda a curar heridas.

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